Aceptación Radical: una habilidad que «no nos gusta».

¿Qué tal si las cosas no salen como planeamos?

¿Qué tal si nuestros sueños se «rompen»?

¿Qué tal si no podemos evitar el dolor?

Siempre nos han enseñado que si algo no nos gusta, no nos sale bien, o no es lo que queremos: ¡hay que cambiarlo!

Pero que tal si eso que queremos cambiar no se puede, o no está a nuestro alcance. Por ejemplo: una separación, un despido…el fallecimiento de un ser querido.

Es en esas circunstancias que utilizamos Aceptación Radical.

Aceptación Radical, es eso:  aceptar radicalmente la situación tal cual es.

Así de fácil y así de difícil.

Es entender que la vida tiene vaivenes que no podemos controlar y que al aceptarlos la vida se nos hace más fácil.

Aceptación Radical no es estar de acuerdo, no es evitar el sufrimiento, no es complacer a los otros. Es poder transitar una situación difícil y generalmente dolorosa de la manera más saludable posible, sin empeorarla y así poder tener el tiempo necesario para procesarla. Es » hacer limonada cuando la vida te da limones».

No es fácil. Es cambiar un esquema que nos han enseñado desde niños de que «hay que cambiar» lo que no nos gusta o nos hace sufrir. Pero cuando practicamos Aceptación Radical, el dolor se hace más llevadero y somos capaces de ver con mayor claridad.

Pero como dice la Dra. Marsha: «cuando ya aceptamos la situación, pueden pasar 10 minutos y tener que comenzar de nuevo a aceptarla». Se trabaja en Aceptación Radical toda la vida.

En DBT  estamos a favor del cambio, pero también entendemos que la vida es un equilibrio entre ACEPTAR  lo que no podemos cambiar y CAMBIAR aquello que sí se puede. Por eso trabajamos siempre la Aceptación Radical, en cada módulo de DBT es necesario utilizarla.

La frase de la serenidad ilustra claramente esta dialéctica en la cual se pide:

«Serenidad para aceptar las cosas que no puedo cambiar. Valor para cambiar las que puedo. Y Sabiduría para reconocer la diferencia»

Entoces…ACEPTAR SÍ SE PUEDE!!!